Wednesday, June 28, 2006

Rastros


El frío que embriagador me esperaba
fue un desgarro inminente
en los pies cansados del presente,
con voces y tactos que no soñaba.

Creí ver ángeles y arte
en medio de este bosque permanente,
sentí que la flor era un alma presente
que posteriormente no alcanza lo existente.

Susurraban los sueños azulosos de la mañana,
aquellas estrellas lejanas que vagan
entre los rieles de los caminos olvidados
que deje por algún motivo, escondido en mis brazos.

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